Tengo que
confesar que durante años los calçots no me llamaron especialmente la atención,
los observaba de lejos y no entendía como a la gente podía entusiasmarle comer
cebolletas
asadas, que al fin y al cabo era como yo las veía ^_^, no me había dado
por probarlas en ninguna ocasión porque tampoco había surgido el momento y tampoco nunca sentí la necesidad o interés de comprarlos para disipar dudas , hasta
que un día en casa de unos amigos no sé a quién se le ocurríría la brillante
idea de preparar calçots… durante unos instantes cuando los ví os confieso que
no me hizo gracia ninguna.... la tierra se abría en dos por momentos delante mía... jajaja, que conste que no soy delicada para la comida y como
absolutamente de todo y variado pero cada vez que los veía me provocaban un
especial rechazo sin ningún motivo justificado.
Mi opinión cambió de
forma radical en cuanto los probé, os puedo asegurar que fue amor a primera
vista y estuve tres semanas seguidas comiendo calçots los fines de semana en
casa… más que nada para recuperar el tiempo perdido… jajaja, nunca digais que de éste agua no beberé porque acabareis atragantados.... o empachada como fué mi caso... jajaja, los calçots se
suelen acompañar con salsa romescu, si ya de por si los calçots están buenos…
con la salsa romescu son un verdadero placer, la primera vez los probé con la salsa
envasada de la marca Ferrer, confieso que para ser una salsa de bote está
realmente buena, pero la salsa romescu que os traigo hoy no le tiene absolutamente
nada que envidiar a la comercial, y cuando digo nada... es nada :-))))) , con la Monsieur Cuisine
la hareis en un periquete y con la cantidad de ingredientes que indico en la
receta sale un buen bol de salsa, de él comerán tranquilamente 8 personas, si
sois más… ya sabeis… sólo teneis que duplicar ingredientes.